top of page

Ejercicio: Vivir deprisa no es vivir, sino sobrevivir

Te propongo un ejercicio Creo que vivir deprisa no es vivir, sino sobrevivir

Cuando lees frases como estas, te planteas muy seriamente a qué dedicas tu tiempo y cómo lo haces. El día tiene 24 horas, ni un minuto más ni uno menos, pero las cosas que tenemos que hacer, muchas veces, supera sin duda ese tiempo. Vivimos deprisa, vivimos sin tiempo para gestionar nuestro tiempo. La mayoría de veces, no nos paramos a planificar, a priorizar y a determinar en qué queremos gastar nuestro valioso tiempo, simplemente nos dejamos llevar por los acontecimientos, sin pensar. Este ritmo de vida, no nos deja disfrutar, corremos por la vida sin parar a respirar. Mientras hacemos una cosa, pensamos en las que vamos a hacer después, ni siquiera dedicamos tiempo a la tarea que estamos haciendo en ese momento. Nuestra mente corre, vuela de un sitio a otro aumentando así nuestra sensación de estrés. Comenzamos nuestro día corriendo de un lugar a otro y en esa carrera subimos a nuestros hijos, llenándoles los días de actividades extraescolares y de carreras de casa al cole, del cole a la actividad que toca y de aquí corriendo a casa a cenar y a la cama. Cuando acaba el día, si miras los segundos que has dedicado a disfrutar de tus hijos, suelen ser cero, porque teníamos demasiada prisa para llegar a tiempo a todos los sitios. ¿Dónde nos lleva esto? Hemos llegado a tal punto, que aceleramos hasta el ocio, llenamos las agendas del fin de semana con miles de actividades y llegamos exhaustos al domingo. Pero si lo analizamos a fondo, ¿cuántos segundos de este tiempo nos han hecho disfrutar de verdad? Suelen ser pocos y suelen ser los lentos, los que hemos hecho sin prisa, concentrándonos en ese momento, sin pensar en nada más. Son momentos a los que yo les llamo de aquí y ahora, son momentos "modo pausa" en los que tu mente está atenta en lo que hace al 100%. Cada vez más, cuándo vivo un momento agradable, lo vivo en cámara lenta, una merienda tranquila con mis hijos, con la mesa llena de tostadas, mermelada, jugo y café. El olor, el sabor, sin levantarme mil veces de la silla, sin TV y sobre todo sin prisa. Eso es lo que quiero. No se trata de vivir lento siempre, todos los días de la semana, en todas las áreas de mi vida, pero sí se trata de priorizar, de dedicar tiempo a lo que es verdaderamente importante, a no tener la sensación de correr todo el día y de poder hacer las cosas siempre de una en una, en "modo pausa" dedicándoles la atención que se merecen. Quiero tiempo para observar cómo crecen mis hijos, tiempo para compartir con ellos, tiempo para leer, para trabajar y para poner una lavadora sin notar esa sensación constante de tener que correr para todo y no llegar nunca a tiempo a nada.

Esta comprobado que si vivimos en la cultura de la prisa, sus consecuencias serán la falta de paciencia, la hiperestimulación, la superficialidad, la multitarea... Y yo cansada de vivir así elijo vivir en "modo pausa" defender la lentitud, saborear los momentos y sobre todo, priorizar la vida. Te propongo un sencillo ejercicio: recuerda un momento agradable de tu vida, puede ser de la infancia o de la juventud. Intenta revivirlo durante un minuto... y ahora contesta estas preguntas: ¿Era un momento lento o rápido? ¿Te veías a ti mismo corriendo de un sitio a otro? ¿Estabas viendo la TV o estabas con alguien importante en tu vida? ¿A qué le estabas dedicando tu tiempo? Si los momentos que recordamos de nuestra vida son lentos, son compartidos y son agradables, ¿Por qué nos empeñamos en correr de un sitio a otro? Si queremos llenarnos de estos momentos, debemos empezar a priorizar y decidir en qué y cómo gastamos nuestro tiempo y sobre todo a qué ritmo.

Vivir deprisa no es vivir, es sobrevivir

20 visualizaciones1 comentario

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page