Comienza el otoño y junto con el, cambia el clima, los colores del cielo, las emociones... Ésta estación llega a nuestra vida cada año, es tiempo de desapego, de soltar… así como los árboles dejan que el viento lleve sus hojas para luego volver a renacer con más fuerza… Deja que el otoño entre en tu vida y vívelo despacio, consciente, en “modo pausa”... los días se empiezan a acortar, con el paso del verano hemos dejado las tardes y noches al aire libre y nuestra rutina va acomodanse otra vez para todo el año, organizando los horarios, la agenda, los chicos en el cole, la casa, los estudios, el gym, etc, etc…
La savia de los árboles se retira de las hojas y ramas y vuelve hacia las raíces... Los animales disminuyen su actividad... Anochece cada vez más temprano y poco a poco vuelve el frío. Caen las hojas de manera tranquila y dulce ofreciendo un espectáculo, el verde del verano se transforma en rojo, oro, amarillo, luz cálida sobre la tierra que se enfría...
En otoño, la naturaleza practica el desapego y se desprende de lo que no es esencial... Nos corresponde soltar lo que ya no necesitamos, desapegarnos de las formas de ser que ya no dan fruto, encontrar un lugar de calma interior y prepararnos para empezar de nuevo. El otoño es declive, pero ese declive nos prepara la renovación…
La brisa del otoño, o en algunos casos el viento, hará de las suyas… caerán las hojas, las ramas... algunas harán ruido, otras se agarran bien fuerte para ser conservadas, pero también es un momento en el que se abren nuevos espacios y nuevas posibilidades… Si te tomas el tiempo, el espacio, el silencio y la reflexión necesaria, adquirirás la capacidad de reconocer los signos, observarás las cosas desde otro lugar, de una manera más sabia, ecológica y consciente.
Este es el tiempo para hacer una pausa, para confiar en tus intuiciones y en los signos que ves a tu alrededor, en la naturaleza.
Que el otoño te ayude a soltar lo que ya no te sirve, a reforzar tu interior y a prepararte para renacer en un mundo transformado, tu mundo…
